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domingo, 14 de abril de 2019

REFLEXIONES PARA CADA DÍA DE LA SEMANA SANTA. Domingo de Ramos. Reflexiones.

Domingo de Ramos. Reflexiones.
(Lección de la Epístola del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 5-11)

Tened los mismos sentimientos que Jesucristo. No son solos los fieles de Filipos a quienes habla San Pablo, habla a todos los cristianos. Los miembros no deben tener otros sentimientos que los de su cabeza. Jesucristo es nuestra cabeza, ¿Debemos, pues, nosotros pensar de otro modo que Él? Sus sentimientos ¿No deben ser la regla de los nuestros? Y siendo Él el camino, la verdad y la vida, ¿Debemos nosotros estar animados de otro espíritu que del suyo? Cualquiera que no sigue este camino, se extravía: cualquiera que piensa de otro modo que la verdad, está en el error, se engaña: cualquiera que no vive con esta vida, está en un estado de muerte. Jesucristo es la verdadera sabiduría: todo lo que le es opuesto no es otra cosa que necedad; y nuestras luces no son puras sino en tanto que participan de su Espíritu. De aquí viene el que ninguna mira es derecha, sino aquella de que Jesucristo es el motivo: ningunas máximas verdaderas, sino las que Jesucristo nos enseña: ningún plan, ningún sistema sólido, sino el de la religión de Jesucristo. De estos grandes principios saquemos las consecuencias. El mundo ¿ tiene los mismos sentimientos que Jesucristo? ¿Piensa, discurre y obra como Jesucristo? ¿No sigue otras máximas que las suyas? Las mismas personas consagradas a Dios, y los que hacen profesión de ser discípulos de Jesucristo y los que hacen profesión de devotos, ¿Entran siempre en los sentimientos de este Divino Maestro? ¿Tenemos nosotros la misma idea de los bienes de esta vida que el Salvador? ¿Pensamos nosotros, como Él, de todo lo que lisonjea las pasiones, de todo lo que halaga los sentidos, y de todo lo que deslumbra por sus falsos brillos y por sus atractivos? Nuestros juicios sobre los bienes y los males de esta vida ¿Son conformes a los suyos? ¿Y pensamos nosotros de las obligaciones de la Religión y del negocio de la salvación como Jesucristo piensa? Cotejemos nuestra conducta con la de los Santos: ajustemos nuestras máximas con las del Evangelio. ¡Buen Dios, y qué horrible desproporción, qué oposición y qué diferencia tan infinita! ¡Ay! Búsquese el día de hoy el Cristianismo en medio de los Cristianos: se hallará que no es más que un exterior muy débil y una sombra, por decirlo así, de religión en la mayor parte de los fieles. ¿Con qué ojos se miran, con qué docilidad se oyen y se escuchan las importantes lecciones que nos da tan frecuentemente el Salvador; esas lecciones de humildad, de mansedumbre, de mortificación, de ingenuidad, de abnegación, y de todo lo que nos dice del perdón de las ofensas? Los sentimientos de Jesucristo, sus consejos y sus preceptos ¿Son la regla de nuestros sentimientos y de nuestra conducta? ¿Quién hay el día de hoy que no piense, que no juzgue como el mundo, como el amor propio, que no hable el lenguaje de la concupiscencia y de las pasiones? Un desorden tan voluntario y un desbarro tan universal no causan ya empacho; pero ¿Cuál será su término? Tened los sentimientos que Jesucristo tuvo, si queréis ser sus discípulos. ¿Podemos preciarnos de tenerlo por maestro, si pensamos de otro modo que Él, o si, pensando como Él, vivimos según el espíritu y las máximas del mundo, tan contrarias al Espíritu de Jesucristo y a las máximas del Evangelio?

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