¡BIENVENIDOS!

Este es un blog dedicado a la FE CATÓLICA de siempre. Contáctanos si deseas a: propaganda.catolica2@gmail.com

jueves, 14 de marzo de 2019

REFLEXIONES CUARESMALES PARA CADA DÍA. Jueves del Primer Domingo de Cuaresma. Reflexiones.

Jueves del Primer Domingo de Cuaresma. Reflexiones.
(Lección del profeta Ezequiel 18, 1-9)

Todas las almas me pertenecen a Mí. Dios es el que habla: todos nosotros le pertenecemos por muchos títulos; somos de Dios por derecho de creación, de redención, de conservación, de adopción; pero ¿Somos suyos por voluntad, por inclinación, por amor y por una decisión inviolable? Somos todo de nuestros placeres, de nosotros mismos, de nuestros negocios temporales. Somos del mundo hasta la servidumbre; somos de los grandes hasta la bajeza; somos de nuestros amigos hasta sacrificar en su favor nuestro tiempo y nuestro reposo; pero ¿Somos de Dios con esta universalidad de dependencia? Un señor manda, y es obedecido: un príncipe da a entender su voluntad, ¡Buen Dios! Con qué empeño se trata hasta de prevenir sus órdenes: un general de ejército ordena que se guarde un puesto, o que se suba al asalto; se corre, se vuela. La vista del peligro, la exposición a la muerte, lo arduo de la empresa excitan el ánimo, y equivalen a la recompensa. ¿Y Dios es servido con la misma fidelidad? ¿Es obedecido con el mismo fervor, con la misma puntualidad, con el mismo empeño, con el mismo ánimo? Dios habla, Dios manda; ¿Y es muy escuchado? Hace leyes; ¿Y quién las guarda? ¿Se duda de su autoridad? ¿Se ignora su poder? De ninguna manera, porque esto sería dudar de su existencia. Sin embargo, ¿Hubo un padre menos amado? ¿Hubo un señor más mal servido? ¿Hubo un soberano menos respetado por aquellos que le deben el ser y la vida? ¿Nos conmueven mucho sus beneficios? ¿Nos espantan mucho sus castigos? ¿Nos llaman mucho la atención el esplendor y el precio de sus recompensas? El número de los que le sirven es pequeño; con todo, en este pequeño número ¡Cuán pocos son los siervos fieles! ¿Tenemos acaso muchos dueños soberanos a quienes contemplar, muchos salvadores a quienes amar? ¿Tenemos muchos árbitros de nuestra suerte eterna a quienes temer? Si alguno encuentra exagerado este pormenor de reflexiones, que ponga en paralelo la regla de las costumbres y el Evangelio, y la conducta de la mayor parte de los cristianos; que se consulte cada uno a sí mismo. ¿Se obedece a Dios con puntualidad, con prontitud? ¿Se le ama con ternura? ¿Se le teme como soberano Juez? ¿Se le sirve con fidelidad? ¡Ah! Se violan sus mandamientos casi sin remordimiento, se desprecian sus preceptos con arrogancia; se miran casi con desprecio sus máximas del Evangelio; se avergüenzan de la cualidad de cristianos y del nombre de devotos; mientras que las perniciosas máximas del mundo son aplaudidas universalmente. ¿Hay quien se avergüence de ser mundano? ¡Ah! Falta poco para que no se haga honor de ser libertino: a lo menos es este hoy un título para ser bien recibido donde quiera, que es como una reprobación del ser devoto, y poseer eminentemente el espíritu del mundo. Nosotros pertenecemos a Dios; este carácter es indeleble, este derecho no puede enajenarse; nosotros pertenecemos a Dios, pero ¿No servimos a otro señor? ¿Somos verdaderamente siervos de Dios?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario